Terminamos hace muy poco el año 2018 con el anuncio de la RAE de que la palabra del año había sido "MICROPLÁSTICOS".
Y apenas un par de meses antes, la Unión Europea había aprobado una medida que iba encaminada en la lucha contra estos nuevos pequeños invasores, que están hasta en la sopa (literalmente). Una medida que se calificó de histórica en algunos círculos pero que, como siempre, pasó tristemente desaparecida por la sociedad en general.
¿Cuál fue la medida? Atacar de manera directa a los 10 productos plásticos de 1 sólo uso que suponen el 70% de la basura marina de Europa. Estas medidas, de las más drásticas a las menos, fueron:
PROHIBICIÓN de comercialización de productos que tengan alternativa fácil y asequible a partir de enero de 2020. Es decir, bye bye a:
- Cubiertos y platos de plástico
- Bastoncillos de algodón
- Palitos plásticos para sujetar globos
- Recipientes para bebidas de un solo uso cuyas tapas no estén unidas a éstos
- Pajitas
- Agitadores de bebida (¿sabéis ese palito absurdo de plástico para remover el café de máquina? Pues ese)
- Contenedores de comida plásticos o de poliestireno (corcho blanco)
- Vasos y botellas plásticas para bebidas
- Colillas de cigarrillo (los filtros son de plástico, recordad)
- Bolsas plásticas (ya prohibido distribuirlas gratis), paquetes de patatas fritas, envoltorios de dulces...
- Aparejos de pesca
- Compresas
- Toallitas húmedas
- Globos
Seguro que conocéis el caso de las toallitas húmedas, que resulta que... no, no se disuelven al tirarlas por el WC, y provocan unos atascos bestiales en las tuberías públicas.
Esto es debido a un grave problema: hay industrias que nos han vendido como biodegradable (es decir, que se deshace sólo en la naturaleza) cosas que no lo son en absoluto.
¿Alguna vez habéis hecho cachitos pequeños con la tapa plástica del vaso de café o del refresco del cine? ¿A que es muy fácil? Esto es porque es un plástico oxodegradable, es decir, un plástico que se vendía como biodegradable pero que lo que hace es romperse progresivamente en cachitos cada vez más pequeños y que han acabado generando los famosos microplásticos.
En definitiva, la Unión Europea ha dado un pequeño y simbólico paso, ¿servirá de algo? Al menos, de momento, que sirva para concienciar y que aprendamos la importancia de algunos actos. Los plásticos en los océanos no son ningún mito.
Foto de mis últimas vacaciones. Con cada ola, se acumulaban más y más trocitos de plástico. Era increíble. Era imparable.
Os dejo algunos enlaces a recursos de la UE que cuentan un poco más sobre el por qué de esta campaña:
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